lunes, 29 de agosto de 2011

Semicírculo circunscrito


Me acuesto con una idea tan difusa que mi cabeza no tarda en inventarse una historia para generar un sueño. Confuso, extravagante, luminoso pero no me acuerdo de nada. Abres un ojo, abres el otro y exploras cada centímetro de tu cuerpo, está todo en su sitio... ¡No espera! hay algo novedoso, me siento menos pesado... Sí, es la sensación de que he cerrado un círculo. Suspiras... el pecho ya no duele.

domingo, 28 de agosto de 2011

¿y ahora qué?


Probablemente la toma de decisiones es una de las facetas humanas más importantes de las que disponemos. Con ella construimos o destruimos lo que sea. Pero lo cierto es que nunca nos enseñan realmente a elegir y a seleccionar y en general lo que ocurre es que lo queremos todo, una campaña bastante grandiosa pero a muy largo plazo.

Lo cierto es que tomar una elección implica el rechazo de la otra y de una manera u otra se niega la existencia de algo. Un cuento que me narró un maestro zen decía así "Esta es la historia de un nómada que viajaba por el desierto, en un momento dado se formó una tormenta de arena y sin poder protegerse se quedó erguido, con los ojos cerrados y las palmas de sus manos abiertas. La tormenta lo atravesó hasta que desapareció y el tuvo una profunda iluminación. En un momento de pánico cerré mis manos y algunos granos entraban, otros pocos se quedaban y casi ninguno salía y entonces lo comprendí, volví a abrir las manos y todo el desierto acarició mis palmas, se retuvo en ellas para luego marcharse, el desierto me ha recorrido" Efectivamente podemos tener una actitud "zen" de no elección y por tanto de no hacer nada, el no hacer haciendo.

Pero este mundo "occidental" y este tiempo creo que requiere de la ELECCIÓN. Lo primero es que hay que elegir lo que uno quiere, en general nos centramos en lo que no queremos. Lo segundo es elegir en base a nuestro fuero interno y no desde el Ego, tomar una decisión desde el Ego es un gran error, lo digo por experiencia porque lo que se hace es cerrar la mano y centrarte en una única visión entrando en la elección con estados de ánimo descontrolados, rutinas del pasado, anhelos... Probablemente has sentido que alguna vez en tu vida se repite una y otra vez lo mismo pese a que crees elegir cosas diferentes, esto es por tomar elecciones desde el Ego. Toma conciencia, respira y elige, no juzgues ni tu elección ni lo que no has elegido y actúa en consecuencia.

Motivos diferentes me han hecho ver más allá de las palabras y vivir y tomar conciencia de ello.

A todas estas circunstancias gracias y lo siento.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Khal Drogo: masculinidad consciente


Reconozco que la primera vez que vi la serie del Juego de Tronos, me dormí como un angelito. Y la segunda, y la tercera… Eran otros tiempos y estaba cansado por varios motivos. Pero sin más, este verano la he retomado comenzando desde cero, para buscar algo que en un principio me llamó la atención. Tras finalizar la primera temporada, he de decir que estuvo bastante bien y que aún sin leer los libros estoy un poco enganchado.

Pero no estoy aquí para hablar de lo buena o mala que es la serie, sino de los arquetipos de dos de sus personajes, me refiero a Khal Drogo y a Daenerys Targaryen (he tenido que mirar en la wikipedia). La selección de estos personajes es a priori un tanto intrascendente. En principio, con total desconocimiento de los libros y el resto de sagas, estos personajes resultan ser secundarios, sin embargo algo muy profundo se esconde en su personalidad, la representación del hombre y mujer conscientes. Comenzamos.

(nota: puede que haya un poco de spoilet)

Khal Drogo es una especie de Rey Guerrero nómada. A priori parece un tipo un tanto machista y bruto, una clasificación que cualquiera en nuestros días diría por aquello de que lo masculino asusta. Sin embargo, detrás de tanta fibra hay un hombre que coge lo que quiere, que tiene unos objetivos y va tras ellos y que tiene voluntad y consciencia. El propio Khal sufre una evolución a lo largo de la historia, antes de conocer a su esposa Daenerys, se le ve precisamente la parte oscura de la masculinidad, el egocentrismo y el abuso de poder (curiosamente lo que gobierna este mundo). Desde una perspectiva sexual, el propio Khal utiliza posturas un tanto varoniles (el famoso perrito) con carácter de dominación. No quiero decir con esto que el perrito sea negativo, todo lo contrario. Insisto en esto porque es a través del sexo cuando se produce el cambio emocional de Khal.

Y es así, en una experiencia erótica y sensual (cualidades femeninas) cuando Khal da un paso a su masculinidad consciente. Aquella frase de “cuando estás delante de una mujer o te transformaras en hombre o te echas a correr” la vivió Khal. El personaje varonil decide aceptar su feminidad, encontrar su propia diosa interior y dar el paso a su nueva vida. El Rey Guerrero se inicia en su nueva faceta, la del hombre protector y seguro de sí mismo, incapaz de perder su centro. Son varias las ocasiones en las que esto se ve, a la hora de tomar decisiones existe una calma emocional brutal en las expresiones del Rey y esto no implica no sentir, todo lo contrario. Implica precisamente vivir la experiencia de la emoción pero no dejarse llevar por ella, parte negativa de la feminidad.

Ocurren varias cosas a lo largo de la historia, pero curiosamente el personaje (SPOILER) pierde un poco el control de su vida cuando entiende que puede perder a su amada, ¿tal vez celos, miedo al qué dirán…? Lo ignoro, pero lo cierto es que tanto el Sol y la Estrella como la Luna Plateada se dan cuenta de su verdadero poder y responsabilidad con la tribu. La muerte de Khal Drogo tiene lugar cuando uno de sus discípulos le reta, precisamente por haber comprendido su feminidad. Este recibe una herida el pecho, que curiosamente no lo mata pero sí lo hiere. Para mí esto significa la apertura del pecho, Khal se abre y empieza a demostrar amor. Finalmente, este muere y es una bruja (feminidad) la que intenta revivirlo, sin embargo por venganza (feminidad oscura) decide maldecirlo y robarle a su esposa su hijo, su mayor bien. Efectivamente nuestro personaje masculino revive pero sin estar en el mundo real, es una especie de trance, como si estuviera más allá que para acá. Desde mi punto de vista no cabe duda que alcanza a su yo dormido, a su ser olvidado, es su resurrección. La incomprensión de su mujer le lleva a matarlo.

PD: en unos días analizaremos a Daenerys Targaryen.

martes, 16 de agosto de 2011

Disculpas

Tengo que pedir disculpas, porque pese a decidir terminar mis historias por México, extrañas circunstancias me han hecho cerrar la boca. Así que de momento no habrán más experiencias escritas, un abrazo y disculpas a los lectores.

domingo, 7 de agosto de 2011

México día 3, primera parte: Madre Tierrita


El día tercero fue probablemente el que más me marcó en el proceso de cambios que a día de hoy incluso experimento. Madrugamos como de costumbre y me levanté con cierto nerviosismo. Hoy era el día en que haríamos el Temazcal y todos estábamos bastante ¿asustados? o con cierto nerviosismo. El desayuno tuvo que ser ligero, un poco de fruta y nada de grasas ni proteínas, ni si quiera café. Recogí el bañador y la toalla de la habitación y preparé la mochila, me puse ropa blanca para realizar los rituales y me monté en la guagua un poco más decidido.

Fue realmente mágico, sólo se conocían rumores del Temazcal y de lo que haríamos en ese día. Casi susurrando hablábamos en el trayecto, el respeto se palpaba en el aire y yo como siempre ante el miedo tuve que vacilar y reírme un poco. Sí, es uno de mis sistemas de defensa. Paramos en una parcela en medio del campo; recuerdo una casita y un árbol en el que todo el grupo hizo un círculo. Toztly nuestro guía, colocó una gran copa de obsidiana en el centro del árbol, justo de donde nacían las ramas. Quemó en su interior copal y algunas ramas recogidas del suelo y como quien invoca a los espíritus, comenzó a llover de manera suave. Aprovechando que estábamos todos nos presentamos y explicamos los motivos por los que habíamos venido. Yo me expliqué diciendo que realmente desconocía mi verdadera motivación, fue como un acto espontáneo el decidir venir, pero tenía claro que venía a encontrarme.


Amy y Toztly nos guiaron a una nueva iniciación, bajamos unas escaleras de piedra hasta colocarnos en frente de la entrada de una cueva. Para colmo Miguel nos dijo que dentro encontraríamos nuestros miedos más ocultos. Inevitablemente me acordé de Yoda aconsejando a Luke Skywalker que no entrara en el árbol oscuro. Empezaron a salir ruidos de su interior, un sonido similar al viento pero que recordaba a los jaguares. Luego el sonar de una concha. Con la copa de obsidiana en la mano, Toztly empezó a cantar en bajo una palabras, un humo blanco salió despedido entre la lluvia. Nos entregaron uno a uno una diadema roja que nos colocarían en la cabeza. Ahora estábamos preparados para ser Guerreros del Arcoiris.

Bendijeron las diademas y a nosotros y salieron de la cueva un chamán y una chamana como nunca los había visto. Él era un HOMBRE, representación de lo masculino consciente, vibraba en armonía con el entorno y sus palabras te penetraban tan adentro que te sentías minúsculo y capaz de obedecer todo lo que te pidiera. En su cabeza portaba unas pieles de jaguar y un plumaje impresionante. Su voluntad era tal que te imbuías en su cuerpo sin saber cómo. En ese momento me sentí capaz de entrar en la cueva y en donde fuera. Ella era una MUJER, representación de lo femenino consciente. Pese a su edad, los movimientos que hacían eran tan sensuales y eróticos que por un momento me olvidé de tener mi edad consiguiendo sacar lo más salvaje de mi, pasó a nuestro lado con unas ofrendas y al mirar sus ojos oscuros penetré en su interior, su sabiduría era sin igual. Sus emociones se transmitían a todos nosotros, pero era capaz de expresarlas sin dejarse llevar por ellas, era como si las controlase. Hicieron unas danzas y unos cantos, nos arrodillamos con una rodilla y la mano derecha en el suelo y la izquierda en el corazón. Nos levantamos como Guerreros del Arcoiris.

Entramos a la cueva siempre respetando el orden de hombre-mujer. La oscuridad se palpaba pero ¡qué leches! pensé. Yo me crié en una cueva subiendo y bajando tubos volcánicos y caminando entre callados. Pasamos por una puerta hecha por la naturaleza con roca volcánica y encontramos el vientre de la madre. El espacio estaba definido pese a la oscuridad, un chorro de luz caía desde el cielo e inundaba todo ese círculo central de bóveda volcánica. En el centro de la luz, un altar con semillas de maíz negro, flores, copal, plantas medicinales y unas piedras de obsidiana negra. Dentro nos esperaban dos jóvenes guerreros emplumados y una chamana muy joven vestida de blanco. Sonaron los tambores, las conchas que llevaban atadas a sus pies y las caracolas llamando a los espíritus. Danzaron y cantaron dándonos la bienvenida como hacían los mexicas en Tehotihuacan cuando llegaban forasteros. Nos invitaron a participar y comenzamos a bailar en círculos, cantamos hacia las cuatro direcciones y la cueva resonó con nosotros, eso sí que era arquitectura viva, todos éramos Uno.

Al repetir la danza en las cuatro direcciones, mirando hacia el Norte, si mal no recuerdo, noté como caía de manera muy sutil sobre mi cuello una especie de hoja peluda. Pensé que sería un efecto del transe o algo por el estilo, pero de pronto noté un pinchazo que me recorrió toda la espalda. Una araña me había mordido la nuca. Siempre he respetado a las arañas, en general no suelo matarlas, me gustan porque se comen a otros bichos y en cierto modo te protegen. Pero esta vez el miedo me recorrió el cuerpo junto con el pinchazo, ¿sería venenosa? ¿moriría de pronto sin más?. No quise gritar ni quejarme, todo era tan bello que fastidiar ese momento podría haber destruido nuestra iniciación. Una voz interior me habló y me dijo, “calma, está todo decidido”. Respiré y con mi mano agarré a la araña, la tiré al suelo y con mis dedos masajeé las ulceras que habían aparecido en mi nuca y espalda. El picor continuó unos minutos hasta que desapareció. Alguien del grupo, casi al final del viaje me explicó que esa araña me podía haber abierto un canal, al más puro estilo de acupuntura.


En la última danza conchera, las chamanas cogieron las piedras y el maíz y fueron entregándonoslas uno a uno. Cuando palpé las manos de esa mujer sentí un amor tan profundo que no me hubiera separado de ella en la vida y aún la llevo en la piedra. Salieron con sus despedidas tradicionales y haciendo un círculo. El grupo y nuestros guías nos quedamos en silencio observando la cueva, viendo como el chorro de luz lo inundaba todo y percibiendo los sonidos del interior de la tierra. Toztly dijo unas palabras, luego Amy y Miguel, nombramos el 15M y les mandamos energías. La gente del grupo habló y yo hablé desde mi silencio dije “aún hay esperanza”.


Amy pidió hacer una fila hombre-mujer y nos adentramos en lo profundo de la cueva. A medida que avanzabas no veías nada, llegó un punto en el que no sabía si estaba con los ojos abiertos o cerrados y palpé con todo mi cuerpo las afiladas rocas volcánicas. Experimenté mi niñez, cuando de pequeño jugaba en la cueva con mis amigos. Iba bastante confiado y feliz hasta que de pronto, la mano que sujetaba delante de mi desapareció. Tenía detrás a un grupo de unas treinta personas que tenían que ser guiadas por mi persona hasta la salida, en una cueva que tenía mil entradas y salidas y todo esto por supuesto en silencio y sin poder hablar. Saqué el valor desde mis entrañas, me puse en cuclillas y comencé a caminar. No veía absolutamente nada, sólo palpaba; los arañazos se convirtieron en caricias y llegó un punto en el que no sabía donde empezaba yo y donde empezaba la cueva, sabía lo que estaba pasando, había perdido la noción de mis límites físicos. Y en medio del miedo y la calma la mano apareció de nuevo, parándonos en una bifurcación, no sabíamos por donde seguir. Recuerdo que la chica que iba detrás de mi se puso delante mio y me dijo, ahora los guío yo. Escogió una de las rutas, encontrando la verdadera salida, Amy estaba en el final del camino, otro chorro de luz apareció del cielo y ascendimos por unas escaleras hasta la superficie. Fue mi primer nacimiento en ese día, otra muerte tendría lugar horas después.

sábado, 6 de agosto de 2011

México día 2: cuando las pirámides hablan

El reloj sonó a las 6.00 de la mañana, lo cierto es que llevaba despierto unas horas antes por culpa del Jet Lag, pero no me importó en absoluto levantarme. Me despejé, me vestí y fui a desayunar. A estas alturas no recuerdo el desayuno, pero si el haberme encontrado con una pareja con la que hablamos de nuestras vidas. Fui clasificado como el tímido del grupo… Sorprendentemente esta clasificación duró unas horas, jajajaja.

Envié un saludo a los guías del viaje junto con mi compañero de habitación y subí para preparar las cosas. No recuerdo sí sabía donde iría o no, pero lo cierto es que nos llevaron en guagua hasta un parque enorme, se trataba de Chapultepec. Por lo visto, México se fundó a partir de una visión, en el lugar donde los mexicas encontraran un águila devorando una serpiente sobre un cáctus, comenzarían a construir su ciudad. Y así fue, lo más curioso de este lugar es que la ciudad rodea este parque y en él se encuentran todas las dotaciones de interés, museos, parques de atracciones, lugares deportivos, zonas de juegos infantiles. Es un claro ejemplo de centralización.

La entrada al museo fue monumental, encontrarme con la columna del árbol de la vida mientras chorreaba de agua me trasladó a mis nuevas vivencias arquitectónicas con el brutalismo. Dentro nos explicaron de todo y pude ver desde anomalías artísticas a elementos cotidianos. http://www.mna.inah.gob.mx/


Después del museo fuimos a ver unos artesanos que hacían tequila y mezcal a partir de una planta que tenemos en canarias. Vimos un taller de obsidiana y conocimos a los lugareños. Mi compañero de viaje y yo quedamos prendado de una de las mexicas del lugar, tenía cierto halo oscuro porque utilizaba su sensualidad para vender, pero en fin, pese a ofrecernos un masaje con piedras fuimos fuertes y no compramos nada. Creí que nunca más la vería, me equivocaba.


Lo que nunca me esperé fue llegar esa misma tarde a Tehotihuacan. A la entrada nos abordaron varios artesanos. Huyendo un poco de ellos nos pusimos delante de una de las pirámides secundarias que conforman el gran eje de la ciudad, hicimos una mini meditación y tocamos 13 veces las palmas, mi sorpresa fue brutal. ¡La pirámide respondía! Respondía con el sonido que emitían los Quetzals, esos pájaros mágicos de la selva y que daban nombre a la serpiente emplumada. ¿Cómo era posible? ¿Cómo la arquitectura podía hablar? Me derrumbé en la ignorancia y me convertí en la persona más diminuta del mundo, yo que había estudia al Corbu, a Mies y a Ghery, estaba delante de un edificio que me respondía.

Los guías del viaje nos dieron permiso para investigar la zona, habíamos sido bienvenidos según ellos por el lugar. Subí corriendo a la pirámide de la Luna y se que si vuelvo, no lo volvería a hacer, casi me ahogo en el camino. Los mexicas subían las pirámides en zig zags, como si de una serpiente se tratara, por eso sus grandes escalones. Medité un poco allá arriba, más bien respire de lo cansado que llegué y vi como un gran eje dividía la ciudad. Corrí desde allá arriba a la pirámide del Sol, y entendí que me lo tenía que tomar con calma. Hice descompresión en algunos lugares, y al estar arriba me percaté de que estaba en México, había comenzado mi aventura. Mire a las cuatro direcciones, respiré y de pronto me vi en un círculo junto con compañeros del viaje haciendo una meditación. Todo el mundo salió contento, para mi no fue nada especial y bastante normal, pero en fin, los expertos en energías eran ellos, yo simplemente venía a buscarme a mi mismo.

Lo cierto es que al bajar me notaba diferente, encontré una piedra que me metí en el bolsillo y pasamos al paseo de los patios. Es un recorrido en el que se suben y bajan patios sin bordearlos, una vez más como la serpiente. Llegamos a la última pirámide, la de Quetzalcoatl. En ella se representaban varios dioses, como los del agua y la serpiente. Algo raro pasó allá arriba, a día de hoy no soy consciente de ello, ni tampoco lo recuerdo, pero algo pasó. Al bajar, nos dispersamos por el campo y nos enfrentamos en dos líneas para hacer la despedida al Sol, tocamos 3 veces 13 palmadas, la pirámide de Quetzalcoatl también nos contestó. Era tal su sonido que casi me echo a llorar. Por arte cuasi mágico, las nubes se abrieron y salió el Sol.

La noche llegó, dormí como un angelito pese a tener uno de nuestros primeros misterios en la habitación. Las luces se encendían y apagaban solas continuamente. Ignoramos el tintineo, dormimos hasta las 6.30 del día después.

viernes, 5 de agosto de 2011

México día 1: extraña calma

Si os digo la verdad, cuando me decidí a ir a México fue como de manera instantánea. Tenía la intuición de ir, pero por causas de falta de valor decidí no hacerlo. Sin embargo, las cosas se torcieron y en el último momento y casi por arte de magia me envalentoné a dar el paso y casi sin dudarlo hice las llamadas oportunas y simplemente esperé.

La espera se hizo peculiar, no salía en las listas ni me informaban de si iba a ir, pero lo cierto es que me daba igual, la última semana básicamente me sentía un poco en modo intrascendente, “si no tengo que ir pues no voy”, pero de pronto, el e-mail esperado llegó, tenía que ir y eso hice.

A diferencia de lo que había vivido otros años en otras circunstancias, me dejé llevar y fui sin nervios disfrutando el momento de los días previos, sin hacerme consciente del todo de que me iba. Era una señal de mi transformación, los motivos del viaje los desconocía en parte y fui en busca de respuestas, y en parte a descubrir el HOMBRE que llevaba dentro.

Y el proceso se iniciaba. Hacía mucho tiempo que no tomaba una decisión que me diera tanto miedo y me enfrentara a mi mismo. Miedo al viaje, a la gente del grupo, a los guías y al propio México. Pero el día anterior me suena el móvil, era una chica del grupo que ya conocía y que no sabía que iría, añadí calma a la calma.

Al llegar al aeropuerto no conocía a nadie, ni si quiera a mi mismo. Me presenté a los que pude y me encontré con un chico que por cosas del destino sería mi compañero de habitación. Hablamos de nuestras cosas en el avión, de temas espirituales y terrenales y nos dimos cuenta que cada uno de nosotros teníamos un objetivo común en el viaje y que habíamos llegado a él por causas casi similares y en circunstancias parecidas. Somos como uña y carne.

Después de 12 horas de avión y ver tres películas y conocer un poco más a mis compañeros del viaje, aterrizamos. La gente es magnífica y algunos realmente parecen tener poderes (os contaré más adelante). Mi maleta llegó la última y pasé un miedo horroroso, pero además unos españoles que trabajaban por allí decidieron meterme más miedo y explicarme la de torturas que hacen los mexicanos a los turistas, raptos, intercambio de órganos… Lo cierto es que al conocer a los guías del viaje, nunca sentí tanta seguridad en mi vida. Podía irme a una guerra que no me pasaría nada de nada, igual moriría, pero en paz.

Fui catando cada visión de México, cada olor y sonido. Llegamos de noche y con jet lag, simplemente me metí en la cama y esperé a que me llamaran al día siguiente a las 6.00 de la mañana, comenzó la iniciación mexica.