sábado, 21 de mayo de 2011

15M, el Gran Cambio

VIERNES DE PROTESTA
Una reflexión visceral y pensada sobre lo ahí vivido.

Uno llega a estos sitios un poco raro, el viaje en metro se alarga y piensas si serás el único “raro” que irá a protestar por algo básico, por la libertad de uno mismo. Cuando ves que tus amigos aparecen para acompañarte en la lucha por lo elemental tus entrañas se relajan y comienzas a disfrutar de lo que se palpa y respira en el ambiente.

El recorrido es tenso, pero a la vez gracioso, comentamos con bromas nuestro miedo a lo desconocido, a los policías, por un momento me siento terrorista y antisistema. La sorpresa es cruzar la calle que se dirige a Sol, esos edificios enmarcan una puerta hacia otra realidad, otro mundo. Lo cruzas y respiras Amor, sí lo reconozco, es cursi pero no es el amor de Cupido a lo que me refiero, sino algo más, algo diferente, ese sentimiento que fugazmente aparece en las meditaciones interiores, ese extraño sentimiento de Unidad y Humildad.

Siento miedo al pisar a un rapado musculado y se vira diciendo “no pasa nada tío”, tiemblo al empujar a una punky que al girarse te sonríe. ¿Qué pasa? ¿Acaso no es tan peligroso esto como me lo pintaba la tele? Me relajo y grito junto a los manifestantes, me meto un rato con Telecinco “Nosotros si que somos, Supervivientes” “Menos SalsaRosa y más educación”.

Miro los símbolos y sonrío internamente, “la Re-Evolución de la Diosa”. Un Sol, una Luna e inevitablemente pienso en las profecías del Quinto Sol. Y si no estuviéramos equivocados, y si en vez de hecatombes mundiales simplemente fuera un cambio de conciencia, un simple cambio de paradigma. Llamo a mi diosa personal, pero no tengo cobertura, de hecho no la tuve en toda la noche. Por lo visto, un sistema inhibidor de frecuencias impide que puedas hacer llamadas desde Sol, según se dice para evitar el envío de Tweets durante el día. Me preocupo y junto con mis amigos rodeo Sol. Es increíble como se monta una ciudad de la nada, tantos años de urbanismo y tenía delante de mi la expresión más clara de ciudad, GENTE COLABORANDO. Los dueños de los bares de Sol les dan comida, reciben un servicio de aseos gratis de una empresa, comprometida a cambiárselas todos los días, poseen placas solares conectadas a sus portátiles desde los que envían información a la red, a través de los WI-FIs de los vecinos, la guardería se llena de niños y en la enfermería los médicos espontáneos que llegan desde su trabajo acuden por lo que pueda ocurrir. Esto funciona, nadie se pelea, todos saben lo que tienen que hacer y entienden su cometido.

Tras varias vueltas y por arte casi mágica, mi cobertura vuelve y consigo contactar con mi novia en el momento justo, ni un poco después ni un poco antes. Su pregunta es clara ¿no te sientes raro, y si todo esto triunfa? Miro en mi interior y veo una calma extraña, ¡No!, respondo. ¿No?, era todo normal, es que era todo natural. Lo que me extraña es como no podemos estar viviendo así en este momento, ¿es ese el verdadero estar social? Mi interior me dice que sí, que es el regreso a lo tribal, a vivir en comunidad, a volver a encontrar la esencia. Ni un radical, ni una bronca, ni un supuesto borracho. Esa ciudad del Nuevo Sol es el lugar en el que más en calma me he sentido, tras superar mis miedos. Me sentí como un Guerrero por primera vez desde muchos años, en calma, sintiendo mis emociones, respirando aquel ambiente. Llego a casa y me voy a la cama con un pensamiento, “No es raro, es totalmente Natural”

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