
El símbolo por antonomasia del Samhain es sin duda la calabaza. Es el último fruto que se recoge en las cosechas, lo que implica un doble sentimiento, felicidad porque los cultivos han ido como se esperaba y tristeza porque por el frío ya no se podría cultivar más. El tema de las caras recortadas en la calabaza surgen de una leyenda, que como no requiere de símbolos. En teoría cuenta la historia de Jack el tacaño, un supuesto hombre que hizo un pacto con el diablo y al que engañó consecutivas veces para librarse de el pago de su alma por unas pintas de más. Al morir, Jack tuvo que vagar por el mundo por no poder entrar ni al cielo ni al infierno con una lámpara hecha con un nabo. Cuando los irlandeses llegaron a EEUU a falta de nabos usaron calabazas, aunque en Galicia de siempre se han hecho linternas con este tubérculo naranja. La historia de Jack está muy bien explicada aquí. Como vemos, se trata de un simple instrumento que servía para iluminar las noches y que adoptó caras extrañas para espantar malos espíritus, no llamarlos. Eran rituales de purificación.
La historia de Jack puede traducirse como la de una persona que comienza a indagar en sí mismo, conoce su sombra pero no la trasciende, necesita por tanto varios intentos para reconocerse hasta no conseguirlo nunca. Jack no podrá observar la realidad con la luz del Sol (iluminación) sino con la de una vela. Recordemos el mito de la caverna y las diferencias entre la luz de la vela y la del Sol. Jack es el claro ejemplo de un buscador que se queda a medio camino, un personaje que no asume responsabilidades y que se evade de su propia sombra, la conoce y la ignora y por tanto ni puede acceder al cielo ni tampoco entrar en el infierno.
Por cierto:
http://www.20minutos.es/noticia/841901/0/iglesia/santos/halloween/
Esta noticia la leía esta mañana y no he podido parar de reírme. Si recordáis mi entrada anterior, en ella postulaba la clara evidencia a partir de la cual el cristianismo ha tomado religiones y rituales pasados, para simplemente cambiar nombres, personajes y hacerse con el poder de lo divino, destruyendo su esencia misma.
Pues ála, he aquí la solución, disfrácese de Santo o de Virgen, o mejor, de Cristo ensangrentado, igual el que le vea por la calle cree que es un Zombie, pero no se preocupe cuéntele un padre nuestro y solucionado. Hace un año, disfrazarse era pagano, ahora simplemente al no poder contra el enemigo, vístase, enmascárese y travístase eso sí, de cristianito. Cambiar un símbolo por otro... esto es así de simple.
NOTA: se tratan de reflexiones personales, no he buscado en ninguna bibliografía sobre simbología.
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