
Hay algo que desde que aprendí a meditar me repatea, seguramente porque proyecto en los demás. No puedo soportar la desgana, el quehacer con malas maneras y el maltrato al presente. Si no te apetece limpiar la vajilla no lo hagas pero no rompas los platos. Del mismo modo, si vas a limpiar hazlo, no te evadas con teléfonos, internets y músicas, el tiempo no va a pasar más rápido pero sí tu conciencia del mismo. El grado de concentración que se tiene a la hora de realizar una tarea debe ser máximo en la medida de lo posible, para su disfrute y su presencia, sin embargo parchear el tiempo con distracciones lo único que hace es amargar la existencia.

Cada vez más y me paso al mundo de la calle vemos la ausencia del presente, se supone que estamos en un proceso de cambio que a mi ver es de retroceso. No puedo entender porque en el metro la gente pone música para que yo la escuche, acaso yo le leo mis libros... Hago una proposición, la próxima vez que un tipo ponga música en el metro a tope, me pondré a leerle el párrafo por el que vaya a toda voz. ¡Qué España es de los países más ruidosos! pues claro y en vez de insonorizar casas, deberían educar a la gente.
El caso, que estoy cabreado por la desgana general, por el in-mooving y por la tontería de intentar evitar la presencia.
¡HOLA! ESTA ES TU VIDA, si es verdad que puedes hacer lo que quieras con ella, pero ¿realmente lo estas haciendo? ¡despierta!